02 Jan
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El 3 de Mayo de 1993 ocurre un violento evento geológico en la Precordillera de Santiago: el Aluvión de la Quebrada de Macul. Este aluvión generó un desastre humano en el que fallecen 28 vecinos y vecinas de La Florida, y más de 30 mil personas fueron damnificadas, lo que encendió las alarmas en la población sobre el riesgo de vivir en la precordillera. La alerta por las futuras construcciones que podrían venir más adelante, advierte que se pondrían en peligro más vidas humanas, pero también pondrían en peligro a la naturaleza y el medio ambiente. En el evento de mayo del ‘93, muchas de las viviendas arrasadas habían sido construidas y autorizadas por el Estado, pese a estudios previos que ya identificaban los riesgos geológicos del sector, por lo que la responsabilidad de los daños recaía en el Gobierno.

El siguiente texto hace referencia a las distintas acciones de organización, estudios y defensa del territorio precordillerano, a partir del 3 de Mayo de 1993, y cómo el Estado de Chile a través de sus organismos, y la empresa privada, dejaría en total desprotección la Precordillera de La Florida hasta nuestros días. 


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Las primeras formas de organización vecinal ocurren el mismo día del aluvión. Por supuesto que entre vecinas y vecinos se acompañaron mutuamente para el rescate y alojamiento de las personas damnificadas, pero también quienes no perdieron completamente sus casas, comenzaron a organizarse para que no sean desalojados. Pese a los evidentes riesgos de vivir al borde de la quebrada, lucharían para no perder el arraigo territorial de décadas viviendo en el sector, esto representado principalmente por las poblaciones La Higuera y El Esfuerzo. A los días de ocurrido el aluvión, el Presidente de la República, Patricio Aylwin anunciaría la compra de terrenos, muy cercanos a la Quebrada de Macul para construir ahí una nueva población para los afectados. Mientras tanto una población de emergencia se levantaba en el sector de la Rotonda Departamental, a un costado de la Villa Alberto Larraguibel, donde por varios meses vivirían los damnificados.

Campamento de Emergencia para Damnificados del Aluvión de 1993

En los días posteriores al evento aluvional, no fueron pocos los geógrafos, geólogos, arquitectos urbanistas y muchos otros profesionales, los que se pronunciaron respecto a la necesidad de realizar investigaciones a fondo de las características del terreno precordillerano antes de comenzar a construir casas, y de la responsabilidad del Estado al no tomar en cuenta estudios previos. María Beltrán, arquitecta urbanista de la Comisión de Medio Ambiente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, quien ya había realizado un estudio sobre el riesgo de inundaciones y aluviones en el pie andino -publicado en Diciembre de 1992- mencionaría la importancia de que los Directores de Obras municipales exijan Estudios de Impacto Ambiental a los proyectos de urbanización y recalca que la responsabilidad ante estos eventos es de las autoridades por no contar con profesionales competentes. Por su parte, Francisco Ferrando, Geógrafo de la Universidad de Chile y experto en manejo de cuencas hidrográficas, enfatizó en cómo la intervención humana ha afectado los cauces naturales y cómo el agua buscará siempre recuperar su camino natural: “esto de ganar terreno para la ciudad es una bomba de tiempo, ya que tarde o temprano los ríos reclaman lo suyo” declararía a El Mercurio el 9 de Mayo. A su vez, José Araya, Geomorfólogo director de la Escuela de Geografía de la Universidad de Chile, diría a La Tercera el 13 de Mayo que “es necesario disponer de estudios especializados, los gobiernos han ignorado los estudios existentes”. Por su parte, Hernán Montecinos y la Comisión de Desarrollo Urbano del Colegio de Arquitectos de Chile, pidieron aplicar mecanismos jurídicos para obligar a respetar las restricciones de áreas susceptibles a desastres naturales. De este modo se da cuenta que el mundo científico estaba de acuerdo en la importancia de mantener la Precordillera libre de construcciones, al menos desde la mirada de los riesgos, pero también se da cuenta de la responsabilidad del Estado en los hechos ocurridos y en los que vendrían, justamente por no tomar en cuenta el conocimiento científico preexistente. 

María Beltrán y Francisco Ferrando en El Mercurio el 9 de Mayo de 1993

Por su parte, los estudios emanados desde el Estado tras la tragedia también concluirían que la Precordillera debía estar libre de construcción. Los informes del SERNAGEOMIN, la Dirección de Obras Hidráulicas del MOP, la ONEMI y el Instituto Geográfico Militar (IGM),  entre otros, calificaron en ese momento el sector precordillerano de La Florida y Peñalolén como “Zona inestable de Remoción en Masa no consolidada” y “Zona de Exclusión por Quebradas”. Los estudios inmediatos concluyen que es un área no apta para construcción. El informe N°47 del SERNAGEOMIN declara la zona como “Altamente peligrosa para ser masivamente habitada” y menciona que “es un sector de riesgo aluvional donde no es recomendable edificar”, mientras que el IGM ya mencionaba la existencia de una Falla Geológica en la zona. 

La organización ciudadana comienza a hacerse importante casi inmediatamente. Una de las primeras comunidades en organizarse al respecto fueron las vecinas y vecinos del sector de Santa Sofía de Lo Cañas, que el 3 de mayo también sufrieron un gran aluvión en la Quebrada de Lo Cañas, afortunadamente sin víctimas fatales. Santa Sofía de Lo Cañas es un sector semi-rural que ha poblado el territorio precordillerano desde mediados del Siglo XX y ya habían experimentado de antemano los riesgos de vivir en la Precordillera, por lo que no es de sorprenderse que hayan activado las alarmas para mitigar el riesgo. El 22 de Mayo el “Comité de Adelanto de Santa Sofía de Lo Cañas” contactaría al Geógrafo Oscar Muñoz quien realizaría un informe sobre la situación de la Quebrada de Lo Cañas, dando cuenta de la situación post aluvión y entregando lineamientos de lo que se debería hacer en el futuro cercano, como la ampliación del Baden en Calle 3, reforestación de las laderas y la limpieza del cauce, entre otras acciones. En Agosto del 1993 el Comité de Adelanto contrataría a GEOCONSULT para realizar un reconocimiento geológico del terreno con apoyo de fotos aéreas del sector afectado por el aluvión en Santa Sofía. Presididos por el geólogo Javier Sánchez, realizaron un completo informe con una evaluación del riesgo aluvional y determinar obras de defensa para ejecutar en el sector. 

Mientras tanto, el gobierno comenzaría las primeras modificaciones normativas para de algún modo hacerle frente a las críticas profesionales sobre el mal manejo del riesgo. El 26 de Julio de 1993, el Consejo Regional aprobó una modificación al Plan Regulador Intercomunal de Santiago para el área de La Florida y Peñalolén, para incluir las Zonas de Exclusión cercanas a la quebradas, quedando restringidas para cualquier tipo de edificación los bordes de la Quebrada de Macul, así como también la de Lo Cañas, Lo Hermida, Nido de Águila y Peñalolén. Al hacer esto, si bien se evita el riesgo de vivir al borde de las quebradas, muchas viviendas ya construidas en el área afectada por el Aluvión, cuyos habitantes se negaron a abandonar, quedarían inhabilitadas de ser vendidas o modificadas, lo que traería problemas graves para los vecinos y vecinas que permanecieron habitando el territorio.

El 4 de Noviembre de 1994 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo crea el nuevo Plan Regulador Metropolitano de Santiago, que reemplazaría al Plan Regulador Intercomunal de Santiago. Este nuevo Instrumento de Planificación Territorial no fue evaluado ambientalmente por ningún sistema o servicio, ni mucho menos tuvo participación ciudadana en su elaboración. Esto trajo como consecuencia, entre muchas otras cosas, que se incorporaran cerca de 80.000 hectáreas de suelo agrícola al Radio Urbano para densificar aún más la ciudad y subiendo el Límite Urbano en la Precordillera, que antes era el Canal San Carlos, hasta la Cota de 1000 m.s.n.m, proyectando además una súper carretera “Paseo Pie Andino” que atravesaría toda la precordillera entre la Cota 1000 y 1100. Todo esto iría en desmedro de las planificaciones locales que apuntaban en una dirección contraria, tratando de proteger la Precordillera y evitar su urbanización.

Plan Regulador Metropolitano de Santiago de 1994

En los meses y años siguientes al aluvión, la Municipalidad de La Florida, a cargo del Alcalde Gonzalo Duarte, comenzó la elaboración de un Plan Seccional para modificar el Plan Regulador Metropolitano en la zona alta de La Florida. El proyecto de Plan Seccional fue elaborado por los arquitectos Lorenzo Berg C. y Carlos Lopez A. Este plan comprende la zona alta de La Florida entre el Canal San Carlos y la cota de 900 m.s.n.m. y buscaba principalmente la preservación del medio ambiente Precordillerano como un bien común para la comuna, bajando la densidad permitida para la construcción y la intensidad del uso de suelo en la zona oriente desde el Canal Las Perdices, buscando impedir el fraccionamiento del territorio a causa de las subdivisiones prediales. Además, propone la creación de nuevos parques comunales tales como el “Parque Pie de Monte”, “Parque Quebrada de Macul”, “Parque Cerro Chequén”, “Parque Jardín Alto”, “Parque Tobalaba-Canal San Carlos”, “Parque Canal Las Perdices” entre otros.

El proyecto de Plan Seccional Florida Alta ya aprobado por el Concejo Municipal, fue enviado el 2 de Marzo de 1995 a Sergio González, Secretario Regional Ministerial Metropolitano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo para que se tramite su autorización. Sin embargo, la tramitación se hace esperar, es por esto que las comunidades precordilleranas se organizan para presionar a las autoridades para que aprueben la modificación antes de que los proyectos inmobiliarios aparecieran en la zona precordilleana. Mientras la confección y tramitación del Plan Seccional comenzaba a dilatarse, las inmobiliarias no podían perder más tiempo antes de que se les impidiera la construcción y aprovechando las nuevas normativas del Plan Regulador Metropolitano, la empresa “Inversiones Macalto S.A” presentó en Noviembre de 1995 un Anteproyecto para la construcción de un gran proyecto inmobiliario de 7800 viviendas en el Fundo Macul Alto, anteproyecto que fue aprobado al mes siguiente por la Dirección de Obras de la Municipalidad de La Florida a cargo de Mariela Vaccaro, a espaldas de las comunidades precordilleranas. Pero los permisos caducaron a los 6 meses porque la empresa no presentó los permisos de construcción en los plazos establecidos. En Junio del 1996 las Juntas de Vecinos de la Precordillera -sin saber del Anteproyecto ya aprobado de Macalto- de forma organizada comenzaron a realizar distintas gestiones para presionar la aprobación del Plan Seccional, como entregar información a la comunidad y reuniones con el Alcalde Gonzalo Duarte, Diputado Carlos Montes, Diputada Mariana Aylwin y Ministro de Vivienda y Urbanismo Edmundo Hermosilla. Finalmente entregaron una carta de respaldo al Plan Seccional con más de 600 firmas de vecinos y vecinas de La Florida, al SEREMI Sergio Gonzalez.

Diario comunal "Santiago SurOriente" el 24 de Agosto de 1996

Mientras la presión ciudadana crecía, también la presión inmobiliaria. El mismo mes se conocen rumores del Proyecto Inmobiliario de CIMENTA que pretende construir viviendas en la Viña Tarapacá ex Zavala con la subdivisión de 150 m2 por hectárea. Al mes siguiente, en Julio del ’96, los vecinos y vecinas de la precordillera recién conocerían que la empresa Inversiones Macalto S.A. mostraría nuevas intenciones de construir miles de viviendas en el fundo Macul Alto, en pleno bosque nativo precordillerano, anteproyecto ya aprobado el mes anterior, pero que había caducado. Sin embargo por el momento álgido de la lucha por defender la precordillera y el Plan Seccional, el Alcalde Gonzalo Duarte ahora rechazó el nuevo Anteproyecto porque no cumplía con las disposiciones del Plan Seccional, pero a sabiendas de que este nuevo plan aún no estaba aprobado ni había entrado en vigencia.

La batalla por una precordillera recién azotada por aluviones comenzaba a calentarse. En Septiembre del 96’ las directivas de las JJVV N°1 y 2 de Las Perdices, Lo Cañas y Santa Sofía de Lo Cañas, acompañados por los Concejales Antonio Vásques y Mario Ossandón, más el Asesor Urbano de la Municipalidad de La Florida, Carlos López, se reunieron con el Subsecretario de Vivienda, Sergio Galilea, para exponer el Plan Seccional y presionar su aprobación. Las JJVV publican su primera Declaración Pública en apoyo del Plan Seccional. A finales de Septiembre el Alcalde Gonzalo Duarte pide públicamente a Germán Quintana, Intendente de la Región Metropolitana, que ponga en tabla de manera urgente el Plan Seccional Florida Alto en el Consejo Regional, mientras que el día 29 de Septiembre se realiza la primera Asamblea General extraordinaria de la Precordillera en la Iglesia Santa Teresita, único edificio en pie y en ruinas tras el aluvión del 93’. En la Asamblea se anunciaron acciones más combativas para “defender la calidad de vida del avance inmisericorde del lucro inmobiliario”.

Finalmente, el 17 de Octubre de 1996, luego de casi dos años de tramitación y gracias a la gran presión ejercida por las vecinas y vecinos de la Precordillera, entra en vigencia el Plan Seccional Florida Alto. La primera gran batalla por la Precordillera había sido ganada por las comunidades. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que apareciera ese nuevo Chile Neoliberal de la Transición.

Diario comunal "Santiago SurOriente" el 26 de Octubre de 1996

8 de Noviembre de 1996, un mes después de entrada en vigencia del Plan Seccional, la empresa Macalto S.A. interpuso un Recurso de Protección ante la Corte de Apelaciones en contra de la Directora de Obras Mariela Vaccaro y el Alcalde Gonzalo Duarte, para que se revocara el rechazo y se aprobara nuevamente el Anteproyecto. Esto pues el Plan Seccional aún no entraba en vigencia cuando se Aprobó el Anteproyecto la primera vez, por lo que debiesen correr las normativas de ese momento dictadas por el Plan Regulador Metropolitano. 

Ante este nuevo escenario, los vecinos y vecinas se organizaron y el 29 de Noviembre llevaron una carta al Presidente Eduardo Frei, con pancartas y carteles, ocupando el frontis de La Moneda por la Plaza de la Constitución, en una manifestación pacífica de entre 40 y 50 vecinos, acompañados de los diputados Carlos Montes y Mariana Aylwin. Se leyó la carta en voz alta y dos dirigentes ingresaron a la Moneda a entregarla, pero luego el resto de manifestantes fueron reprimidos por carabineros obligándoles a abandonar el sector.

Pese a la presión comunitaria, la Corte de Apelaciones acoge el recurso y falla a favor de la empresa Inmobiliaria y en Diciembre del ’96, la Corte Suprema mantuvo firme la sentencia y falló también a favor de los privados. Las relaciones entre las comunidades y el municipio se romperían ya que apuntaban la responsabilidad de esta derrota a Gonzalo Duarte -Alcalde Democratacristiano designado por Patricio Aylwin y luego reelecto- por dilatar el proceso de aprobación del Plan Seccional, dando demasiado tiempo a las Inmobiliarias para presentar proyectos antes de que se aprobara el Seccional. Pero también apuntaron sus dardos contra Mariela Vaccaro, Directora de Obra desde el Alcalde Patricio Franco Bravo (designado por Pinochet) quien aprobaría el Anteproyecto de Macalto sin informar a las comunidades y quien luego en 2007 trabajaría como Revisora Independiente para la Inmobiliaria Sinergia, encargada de construir el proyecto de Macalto.}

Alcalde de La Florida, Gonzalo Duarte y su Directora de Obras, Mariela Vaccaro.

Tan solo 4 años después de que un gran aluvión afectara la Precordillera de La Florida y en específico el Fundo Macul Alto, pese a los esfuerzos de las comunidades y ante un escenario de decenas de estudios científicos que explican claramente por qué no se debe construir en esa zona, el Estado de Chile, daría luz verde a una inmobiliaria para eliminar el bosque precordillerano y cambiarlo por asfalto y viviendas.

Pero la arremetida para destruir la precordillera no sería solo de una inmobiliaria. Dos semanas después de aprobado el Plan Seccional Oriente Florida Alta, Inversiones Macalto S.A, Distribuidora La Viña S.A., Sociedad Agrícola La Viña S.A. y Cimenta Administradora de Fondos S.A, interpusieron un Recurso de Protección en contra de todos los que aprobaron el Plan Seccional (Consejo Regional Metropolitano, Alcalde de La Florida, Intendente Metropolitano, Secretaría Regional Ministerial de Vivienda y Urbanismo y Contralor General de la República) para intentar revocarlo y que no entraran en vigencia sus nuevas densidades para así asegurar poder concretar sus proyectos habitacionales en el pie de monte sin restricciones.

Julio de 1997 y la organización de los vecinos y vecinas de la precordillera no cesaría pese a esta primera gran derrota. El Poder Judicial había autorizado la construcción del Megaproyecto Inmobiliario de Macalto, pero aún quedaba defender la aprobación del Plan Seccional. Bajo la consigna de “Alerta en la Precordillera” se organiza la “Unión de Juntas de Vecinos de la Precordillera” (o “Red Cordillera” para acortar) compuestas por 11 JJVV: Comunidad Ecológica Peñalolén Alto, Asociación de propietarios de Las Pircas, Las Perdices, Lo Cañas, Santa Sofía de Lo Cañas, Las Vizcachas, La Obra, Las Vertientes, El Manzano, El Canelo y Lo Valdés. Se reúnen en la Comunidad Ecológica de Peñalolén y entre distintas acciones, las JJVV contratan al Abogado Juan Pomes para que defienda a las vecinas y vecinos en las Cortes por los Recursos de Protección que interpusieron las inmobiliarias. Tras una dura batalla legal, el Poder Judicial falló a favor de la promulgación del Plan Seccional y no acoge los Recursos y Reclamos de las empresas inmobiliarias. Y con eso, un nuevo respiro para las comunidades que, aunque ya desgastadas por el cansancio de más de cuatro años de lucha, sabían que no había mucho tiempo de celebrar y debían permanecer firmes pues se vendrían más batallas contra las inmobiliarias.

Tras todos los procesos judiciales, la Directora de Obras de la Municipalidad de La Florida, Mariela Vaccaro, aprobó el Proyecto Inmobiliario en el Fundo Macul Alto el 4 de Noviembre de 1997. Ese mismo día estalló una protesta de vecinos y vecinas con carteles y pancartas, tomándose las dependencias municipales en el sector de Cabildo, exigiendo un Estudio de Impacto Ambiental para el Proyecto de Macalto. Ante esto, Gonzalo Duarte invitó a Dirigentes a participar de una reunión con la inmobiliaria. Macalto prometió construir a una menor densidad (menos de 70 habitantes por hectárea), la pavimentación de la calle María Angélica, una segunda pista en calle Departamental al borde de la Quebrada de Macul, un puente sobre la Quebrada y un canal paralelo al Canal Las Perdices para evacuación de Aguas Lluvias.

Protesta en la Municipalidad de La Florida el 4 de Noviembre de 1997

Las comunidades no estuvieron conformes con estas promesas de mitigación de la inmobiliaria, y el 25 de Noviembre harían otra gran movilización tomándose la Rotonda Quilín y cortando el tránsito, causando un gran atochamiento vehicular que duraría unas 3 horas, aludiendo que eso sería lo que ocurriría si se continua construyendo. Más tarde esa semana, la Red Cordillera protestaría también contra el proyecto de Inversiones Quintalí en Peñalolén. En dicha comuna había en ese entonces al menos 8 megaproyectos inmobiliarios en la precordillera.

En Diciembre de 1997 se envía un Petitorio al Intendente Germán Quintana en el que se exige el congelamiento de los permisos de construcción en la precordillera y que se defina una Política del Gobierno Regional respecto a esta zona. Este petitorio la firman 12 Juntas de Vecinos: Comunidad Ecológica Peñalolén Alto, Asociación de Propietarios de Las Pircas, Las Perdices, Lo Cañas, Santa Sofía de Lo Cañas, Las Vizcachas, La Obra, Las Vertientes, El Manzano, El Canelo, Lo Valdés y Baños Morales. En lo que queda del año habrían diversas entrevistas y noticias en los diarios, pero las movilizaciones cesarían y con el tiempo también la organización.

El mismo mes de Diciembre de 1997 ocurrirían grandes inundaciones en las comunas de la precordillera, inundando centenares de viviendas con las aguas que bajaban por las quebradas. Pero luego vendría la Sequía de 1998 y 1999 y las precipitaciones no serían tantas como para levantar las alarmas. Las autoridades dejarían de lado el tema de la precordillera por un par de años mientras que a finales del ‘99 se empezaría a construir el proyecto inmobiliario en Macul Alto, destruyendo parte de los últimos bosques nativos precordilleranos de esa zona.

Inundaciones en el sector oriente de Santiago en Diciembre de 1997

Una década que partió con un evento catastrófico que hizo que la opinión de la ciudadanía, expertos y políticos fuera unánime por la protección y no construcción en la Precordillera, terminó con la aprobación de varios megaproyectos inmobiliarios y con el inicio de la destrucción casi total de los bosques del pie de monte de Santiago.

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