Es un conocido personaje del mundo altiplánico. El Chasqui era el mensajero oficial del Inca, entrenado desde temprana edad para correr a través del Camino del Inca, y así poder entregar mensajes a lo largo y ancho del Tahuantinsuyo, el Imperio Incaico. Eran tan rápidos y resistentes que se decía que podían llevar pescado de las costas de Ecuador hasta el Cuzco, logrando que llegara fresco sin ningún tipo de refrigeración. El sistema de mensajería funcionaba con relevos, de modo de que el Chasqui no bajara la velocidad por el cansancio y el mensaje llegara lo antes posible. Antes de llegar al punto de relevo el Chasqui hacía sonar su Pututu, una Caracola que era usada para alertar al relevo y que se preparara a recibir el mensaje y partir raudamente. El mensaje se llevaba generalmente, en un aparato altamente tecnológico llamado Quipu, un sistema de nudos en tiras de lana de Alpaca que solo ellos estaban preparados a manejar. A lo largo del Camino del Inca habían paradas de descanso, llamadas Tambos, en ellas el Chasqui, luego de llevar el mensaje, permanecía un buen tiempo para descansar, contemplando el paisaje y la naturaleza de los distintos lugares que visitaba, aprendiendo lo más posible mientras se alimentaba para recargar energía y volver a casa con nuevos conocimientos territoriales que compartir con el Inca.